La tecnología se transforma y los pagos también.

 Solo tres tecnologías anteriores se ganaron la distinción de “tecnología de utilidad general”: 

1. la máquina de vapor,
2. el generador eléctrico y
3. la imprenta.

Sus impactos en la sociedad provocaron grandes transformaciones e importantes beneficios a largo plazo, pero también detractores iniciales y ciertos inconvenientes.

Ahora le toca a la digitalización de los procesos, lo que incluye los sistemas electrónicos de pago. Liquidaciones digitales que facilitan a la ciudadanía la realización de transacciones entre cuentas y operaciones en tiempo real, sin intercambio físico de efectivo.

Ya se habla de la billetera electrónica que permite realizar transacciones dinerarias mediante dispositivos móviles, de redes sociales, instructivos en pdf para la descarga, bonificaciones y hasta de atención digital a distancia.




Una marea digital se hace cotidiana y comenzamos a desarrollar pensamientos vinculados a lo digital, cuestión que transforma los elementos de acuerdo a lo que ha sido tradicional, desintegrándolos del mundo físico para reinventarlos en formatos incorpóreos.

Operaciones como transferencias de fondos y pagos de servicios tienen lugar de forma ágil y segura. Gracias a la tecnología cada vez menos personas tendrán que concurrir a los locales físicos para cubrir sus necesidades. Los portales y aplicaciones web permitirán procesar casi todo tipo de gestiones remotamente.

Por ello es necesario aceptar y mejorar la revolución digital, participar e integrarse a ella, y no ignorarla o combatirla. La historia de las anteriores tecnologías de utilidad general demuestra que, a pesar de las perturbaciones iniciales que pudieron generar a corto plazo, reorganizar la vida en torno a las tecnologías revolucionarias genera enormes beneficios a largo plazo.

Sobre este tema versa este blog, y es que nadie lo puede dudar, ¡La tecnología se transforma y los pagos también!

En las últimas décadas, el avance de la tecnología ha favorecido el surgimiento de nuevos medios o instrumentos de pago. A nivel mundial y nacional, los medios de pago tradicionales, como el dienro en efectivo, también conocido como circulante, e identificado como billetes y monedas en manos del público, así como los cheques, están siendo desplazados por instrumentos o dinero electrónico. Hablamos de forma más habitual sobre tarjetas magnéticas, cuentas bancarias, transferencias, y aplicaciones para dispositivos móviles o para la computadora.

De igual manera, servicios a los que solo se accedía visitando oficinas de atención presencial, ahora se pueden obtener por medio de accesos remotos como los cajeros automáticos y plataformas de Internet. Los avances tecnológicos y el desarrollo de los nuevos instrumentos de pagos han generado una sustitución de instrumentos tradicionales, efectivo y cheques, por aquellos electrónicos, tanto en nuestro país como en el resto del mundo.

Esta situación tiene lugar conforme a la mayor seguridad y comodidad que representan estos medios de pago más recientes, en ello ha influido y por ello no puede dejar de mencionarse, el necesario distanciamiento físico que se ha requerido ante las condiciones epidemiológicas de la actualidad.

En los últimos años, el avance de la tecnología y de las comunicaciones ha generado profundos cambios en nuestra vida cotidiana, también se dice por expertos en la materia y según publicaciones consultadas que, la Covid 19 ha impuesto una aceleración obligatortia en la digitalización de los procesos, alcanzando en estos meses un desarrollo digital a nivel mundial equivalente a lo que se hubiese logrado en dos años sin la pandemia.

Estos cambios también han impactado los medios de pago que tenemos a nuestra disposición. Si se hace un recorrido en la historia, inicialmente los medios de pago que todos teníamos disponibles eran el efectivo y los cheques, instrumentos basados en el papel físico. Posteriormente, aparecen los medios de pago electrónicos, se emplean entonces las tarjetas débito, y transferencias electrónicas de fondos.

Resulta ilustrativo analizar cómo han evolucionado en el tiempo los medios de pago y su estrecha relación con las realidades económico-sociales en las que se han desenvuelto. Comencemos por el primero que nos impactó en la transformación del trueque y generó un avance significativo en el ámbito que nos ocupa.

El dinero en efectivo, como se conoce hoy en día, es el resultado de un largo proceso. Según literatura consultada su origen se
remonta al 10.000 A.C, con los primeros indicios del intercambio de una mercancía por otra sin valor de equivalencia. En un comienzo, los bienes utilizados para el intercambio consideraban pieles y dientes de animales, sin embargo, el producto de mayor valor era el ganado. También se utilizaron conchas, destacando las de Cauri, conchas de caracol usadas como una forma primitiva de dinero en varios pueblos de Asia, Oceanía, África y parte de Europa. Otros bienes y materiales que se utilizaron para el intercambio fueron las herramientas, la sal, armas y hasta el tabaco, seguramente nuestros aborígenes hicieron interesantes transacciones con este último bien.

Las primeras monedas acuñadas con carácter oficial se remontan al período entre los años 700 y 500 A.C. Para su construcción se empleó la aleación de oro y plata y rápidamente tomaron la forma circular que mantienen en la actualidad. Para marcar su autenticidad, eran grabadas con dioses y emperadores de la época. Las primeras monedas fueron acuñadas por los habitantes de Lidia, actual Turquía, pero prontamente la tecnología fue copiada y refinada por los griegos, persas y romanos. Estas monedas eran de oro, plata y bronce, por lo que tenían un valor intrínseco en sí mismas y el primer dinero en papel, que da lugar a los billetes, apareció en China, en el siglo IX D.C. Adentrarnos en el mundo de las monedas y billetes es muy interesante, la mejor manera de hacerlo es visitando el Museo Nacional Numismático, cuestión que hoy también podemos hacer de forma digital a través de su página en las redes sociales.

Luego vemos que el cheque fue por largo tiempo uno de los medios de pago más populares y con mayor antigüedad, después del efectivo. Su origen no lo encontramos muy claro, sin embargo, todo parece ser que nace en Inglaterra, donde se emite a fines del siglo XVIII. El cheque es un medio asociado a una cuenta bancaria que permite realizar pagos en establecimientos comerciales y también transferir recursos a terceros. Es un título de valor y una orden escrita, mediante la cual una persona autorizada para extraer dinero de una cuenta, mediante la cual se ordena el pago de un determinado monto de dinero a favor de una persona.

Así las cosas, con la transformación de la tecnología y las posibilidades de atención remota que se alcanzan técnicamente, aparecen nuevas formas de acceder al dinero. Ya sea de manera presencial, obteniendo el efectivo desde la caja de un banco, o a través de otra variante muy utilizada actualmente, o sea, desde un cajero automático.

Comienzan entonces las plataformas que facilitan el uso y obtención de servicios bancarios de forma remota, se puede consultar en línea el saldo o estados de cuentas, verificar operaciones realizadas con las tarjetas magnéticas, realizar movimientos de fondos y pagar servicios dentro o fuera del banco.

Es este dispositivo electrónico robusto, el Cajero Automático, el que lo permite. También llamado ATM, por sus siglas en inglés (Automated Teller Machine), el cajero es un aparato que, como todos saben, permite realizar diversos tipos de operaciones bancarias. La clásica es el retiro de efectivo con cargo a una cuenta bancaria, utilizando nuestra tarjeta magnética, sin intervención del personal del banco.

Actualmente ya tenemos algunos cajeros a nuestra disposición que también nos permiten realizar depósitos de efectivo en nuestra cuenta, los conocidos cajeros automáticos recicladores, y que en lugar de permitirnos hacer retiros exclusivamente, nos facilitan además, que mantengamos disponibilidad de fondos en nuestra cuenta a través de los depósitos de efectivo que podemos efectuar por esa vía, sin necesidad de acudir a la ventanilla del banco.

En la búsqueda de información para este artículo pudimos encontrar que, el primer cajero automático en el mundo fue instalado en Londres en el año 1967. Tenía como única funcionalidad leer cheques, especialmente diseñados para este fin, retenerlos y luego liberar la cantidad de efectivo asociada al monto de los cheques. En 1972 se instala, en la misma ciudad, el primer cajero automático con funcionalidades similares a las que conocemos actualmente.

Al hablar de cajeros automáticos es imprescindible llegar a las tarjetas o dinero plástico, las tarjetas forman parte de los medios de pago electrónicos que, a diferencia del efectivo y del cheque, no están basadas en el papel físico. Permiten realizar transacciones solo en ciertos establecimientos que cuenten con la tecnología necesaria, y ello nos conduce a otro dispositivo conocido, los POS.

Pero veamos primero algo importante en relación a las tarjetas de débito, estas tarjetas pertenecen al mundo de los medios de pago electrónicos y permiten realizar pagos en comercios, utilizando los fondos disponibles de la cuenta asociada, aquí resulta interesante recordar que, con la posesión de estas tarjetas, cuando son asociadas a cuentas de ahorro, nómina y pago de pensiones, somos sujetos de bonificaciones periódicas que ofrecen las instituciones bancarias y que nos permiten obtener un porciento de ahorro según sea la promoción vigente de la institución bancaria.

Al pagar con la tarjeta de débito, los
montos correspondientes son restados (debitados, de ahí su nombre) inmediatamente de la cuenta del dueño o titular de la tarjeta y sumados a la cuenta de quien se le está pagando. Por ello, es necesario que la cuenta que respalda la tarjeta tenga los fondos suficientes para hacer frente al pago. Con esto se diferencia de la tarjeta de crédito ya que en este tipo de tarjeta la transacción se efectúa gracias a que el emisor de la tarjeta le presta el dinero al dueño de la misma para realizar la operación, en cambio con una tarjeta de débito la transacción se realiza si sólo si hay dinero disponible en la cuenta.

Además, estas tarjetas sirven para retirar dinero de los cajeros automáticos y realizar consultas de saldo. Físicamente, las tarjetas de débito son iguales a las de crédito.

La irrupción de este instrumento en el mundo se remonta a 1966, y si se habla de tarjetas es imprescindible que tratemos a la siguiente tecnología, los terminales electrónicos de punto de venta TVP o POS, según sus siglas en inglés, dispositivos que se introducen en el mundo en el año 1976, en primera instancia en supermercados y estaciones de servicio para luego expandirse a otros locales comerciales. Sin embargo, no es hasta comienzos de la década del 90 que despega el crecimiento de esta tecnología, impulsada por la conformación de redes nacionales para transferencias electrónicas de fondos, una vez más se evidencia la relación proporcional entre la tecnología y el medio de pago.

Contextualizando la información llegamos a un avance tecnológico nacional que admiramos y que cumple con su calificativo de comodidad y seguridad en los pagos, es la aplicación que  ETECSA pone a nuestra disposición para facilitar los pagos de servicios, compras en línea, consultas y trámites bancarios y  la gestión de los servicios de telecomunicaciones. 




Conocido por todos desde hace cinco años ya, Transfermóvil representa un salto de tecnología a nuestro alcance, solo se necesita para usar esta apk un móvil con sistema operativo Android, versión 4.4 o superior y una tarjeta matriz perteneciente a los bancos Metropolitano (BANMET), de Crédito y Comercio (BANDEC) o Popular de Ahorro (BPA). Luego es solo cuestión de instalar la aplicación y registrarse como usuario accediendo a la opción configuración del banco que corresponda.

En síntesis apretada hemos transitado del papel al plástico, del plastico al aparato electrónico y del aparato al dispositivo móvil de bolsillo. Otra opción nacional para utilizar dinero electrónico, está a nuestro alcance a través de la apk Enzona, la que cuenta con varios entornos de aplicación, desde un teléfono inteligente o una computadora conectada a la red nacional.

Si bien nuestra sociedad transita por una nueva era digital de grandes transformaciones, y actualmente se ponen a nuestra disposición estas facilidades, continúa el efectivo siendo parte de nuestra vida, analizar individualmente, la relación costo beneficio de nuestra incorporación a la digitalización es nuestra responsabilidad. Para ello proponemos que se incorporen consideraciones adicionales a las económicas y tecnológicas, abarcando dimensiones culturales, educativas y de desarrollo social. De ahí la importancia de compartir informaciones vinculadas a estos temas y de continuar articulando a todos los actores de la sociedad, a través de la digitalización, en función del bien común.

#DigitalizarEsFacilitar
#FacilitarEsCompartir 

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