¿Por qué digitalizar?

Digitalizar consiste en reinventar una organización a través de la tecnología.

No sólo se trata de implementar herramientas tecnológicas para mejorar en eficiencia, sino que se trata de rediseñar la manera de hacer, redefinir los propios servicios y actualizar la cultura de trabajo habitual.



Al convertir una magnitud física, un texto o una señal analógica en una representación digital, se realiza una acción de digitalización.

Por ejemplo, un escáner puede digitalizar una fotografía y convertirla en un archivo de imagen, así a través de diferentes dispositivos electrónicos digitalizamos cada día diferentes procesos de la vida y particularmente de nuestra actividad laboral.

Probablemente estés leyendo este artículo desde tu teléfono móvil, un dispositivo multifuncional que ha llegado a sustituir e integrar las tradicionales cámaras, calculadoras, libretas de notas, calendarios, mapas, e influido incluso hasta en la forma en que realizamos nuestras operaciones de pago, constituyendo un medio de digitalización relevante.

En la actualidad disponemos de nuevas posibilidades para el uso del dinero electrónico a través de los teléfonos celulares, los cajeros automáticos y otros dispositivos tecnológicos, todo esto como consecuencia de la digitalización.

Esta evolución digital apunta hacia un camino posible que incorpora un modelo no tradicional, distinto al del uso del dinero en efectivo y la atención presencial para la realización de las operaciones de pago que hemos conocido hasta el momento.

Conforme se incorpora la tecnología a los procesos de pago, aumenta la autonomía del usuario, el cual escoge el lugar y horario para realizar sus liquidaciones. También se gana en trazabilidad, transparencia y seguridad en las operaciones que se ejecutan, considerando que es posible guardar registro de importe, fecha, ubicación, ordenante y beneficiario para todas las transacciones realizadas.

Al digitalizar se facilita el acceso a las vías de liquidación, diversificando sus espacios de realización, se comparten informaciones, métodos y herramientas de trabajo que hacen más breve o saludable el acto de pagar periódicamente.

Uno de los catalizadores actuales del pago a distancia, por ejemplo, es precisamente el necesario distanciamiento que impone la COVID-19, circunstancia que exige adaptarnos y dar un salto adelante en la digitalización.

Este proceso puede llegar a suponer cierto esfuerzo de adaptación inicial que una vez resuelto, proporciona beneficios para todos y hace más fácil o posible la ejecución de los pagos y la consecución del fin que nos ocupa, que consiste en estar al día en nuestro aporte al bien común de la forma más eficiente y saludable.

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